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El factor de potencia no influye en la potencia de una bombilla, en el tipo de luz que emite ni en sus usos. Y sin embargo, es un elemento fundamental a la hora de elegir la iluminación, tanto doméstica como profesional.
El factor de potencia se define como la relación que se da entre la energía activa y la energía aparente en cualquier aparato eléctrico dado. En una representación geométrica, es el coseno de φ de este triángulo:
Explicamos un poco cada término:
El factor de potencia es la relación entre la energía aparente y la energía activa de un aparato. Dicho de otra forma, expresa qué porcentaje de energía es utilizado para su funcionamiento y qué porcentaje es malgastado en forma de energía reactiva.
Para medir el factor de potencia se utiliza un número entre 0 y 1, que expresa un porcentaje. Cuanto más cercana a 1, más alto es el factor de potencia y menor es la energía residual. Así. una bombilla con un factor de potencia >0.9 malgasta menos del 10% de la energía que consume, mientras una bombilla con un factor de 0.5 puede malgastar hasta el 50%.
Como decíamos antes, el factor de potencia es un elemento muy importante a la hora de decantarse por una u otra bombilla. Apuntaremos algunas de las razones más inmediatas:
Siempre que compre productos de iluminación asegúrese de prestar atención al factor de potencia, sobre todo si se trata de una instalación grande. Un factor que ronde 0.8 o 0.9 asegura que la bombilla será de alta calidad y reducirá el riesgo de problemas y de averías.
Dicho esto, hay que tener en cuenta que: hay bombillas de calidad excepcional que, sin embargo, tienen factores de potencia más reducidos por las necesidades de su fabricación, aunque suele tratarse de bombillas especializadas para usos muy concretos.
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