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Existen dos unidades básicas para medir la luminosidad de las bombillas: el lumen y la candela. Aquí te explicamos las diferencias entre ella y la información que proporciona cada una.
El lumen es la unidad más habitual en el comercio de la iluminación, puesto que es sencilla y fácil de comprender.
El lumen mide la cantidad de luz emitida por una fuente luminosa. Un número alto de lúmenes significa, por lo tanto, que la luz que emite una bombilla es igualmente elevada.
A diferencia de las candelas, los lúmenes no tienen en cuenta el ángulo de emisión de la luz.
La candela es la unidad del Sistema Internacional que mide la intensidad luminosa de una fuente de luz.
Simplificando mucho, las candelas tienen en cuenta el ángulo de emisión, y gracias a ello ofrecen una información más completa acerca de la luz de una bombilla.
Esta bombilla (LYNK AR111 de Beneito Faure) emite la luz en un ángulo de 45º y tiene 950 lúmenes y 1020 candelas:
Esta bombilla (HQI 10W de Beneito Faure) emite la luz en un ángulo de 360º y tiene 1030 lúmenes y 115 candelas:
Aunque aparentemente la segunda bombilla emite una cantidad de luz mayor que la primera, ambas tienen usos muy diferentes:
En resumidas cuentas, el lumen es la unidad más habitual en el campo de la iluminación, gracias a su sencillez. Para un usuario medio, basta con saber que una bombilla con muchos lúmenes emite una luz muy intensa, independientemente de su ángulo. Las candelas ofrecen una información más precisa pero más difícil de interpretar. Muchos fabricantes, de hecho, no informan sobre las candelas salvo en las fichas técnicas de los productos, para usuarios especializados.
A la hora de comprar una bombilla debe tenerse en cuenta siempre la óptica (el ángulo de emisión): un número elevado de lúmenes puede deslumbrar en una bombilla que emite en un ángulo muy cerrado, pero también puede insuficiente para una bombilla destinada al alumbrado general.
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